Toluca y Necaxa igualaron a cero en partido de la Jornada 1, disputado en el Estadio Nemesio Diez.

Con un Raúl Gudiño en plan grande, los Diablos Rojos fueron incapaces de abrir el marcador. El arquero mexicano tuvo una doble atajada que valió para que los Rayos salieran vivos de la cancha más caliente de la Liga MX.

Gudiño no se intimidó ante el mismo diablo y fue clave bajo los tres postes del Necaxa, quien tuvo la más clara por parte de Maxi Silvera, pero el uruguayo, luego que quedó mano a mano ante Tiago Volpi, mandó el balón por un lado.

El error fue grosero, monumental y desde el banquillo no lo podían creer. Rafael Dudamel, nuevo estratega hidrocálido lamentó la falla y solo se limitó a aplaudir.

Ignacio Ambriz, por otro lado, lució desesperado por momentos. El primer tiempo fue de introspección. No podía creer cómo su equipo fue superado en los primeros 45 minutos y para el complemento ajustó los engranes.

Pero le faltó algo a los Diablos Rojos. Les faltó rebeldía, atreverse y mucha precisión. Los errores en los pases denotaron cansancio, pero no físico, sino mental, como el proceso de ‘Nacho’ Ambriz no caminara pese a los aplausos y gritos del estratega mexicano desde la banca.

La afición hizo lo suyo. No dejó de alentar hasta el último minuto, pero ningún gritó entró en la mente de los futbolistas escarlatas, quienes ahogaron un grito de gol cuando el ‘Gacelo’ López venció a Gudiño, pero el árbitro regresó la jugada para cobrar bien una falta.

A Necaxa también el VAR le quitó una alegría. Garnica venció a Volpi con un balón bombeado, pero un fuera de lugar claro evitó que festejara con sus compañeros, quienes no creían la decisión de los silbantes.

Al final, el tiempo no les alcanzó a ambos equipos para hacerse daño y todo terminó en intentos que no pasaron a más. Toluca y Necaxa empataron sin goles en un infierno que nunca terminó por encenderse en la cancha.

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