Los Nuggets superaron por 94-89 al Heat de Miami, en un frenético juego 5 que tuvo como protagonista a Nikola Jokic, quien rescató a su equipo con 28 puntos, 16 rebotes en una noche en la que nada les pareció funcionar.

Jokic ganó el trofeo Bill Russel como el Jugador Más Valioso de las Finales —un galardón que seguramente significa más que los dos MVPs que ganó en el 2021 y 2022.

“No estamos aquí para nosotros mismos, estamos aquí por el chico junto a nosotros”, aseguró Jokic. “Y es por eso que significa más”.

Para conseguir el título necesitaron concretar una fea labor.

Sin poderse sacudir al tenaz Heat o los nervios del juego, los Nuggets fallaron 20 de sus primeros 22 intentos de tres y siete de sus primeros 13 tiros libres. Tenían ventaja de siete unidades cerca del final antes de que Jimmy Butler explotara con ocho tantos seguidos para que el Heat se fuera arriba por uno a 2:45 minutos del final.

Atinó otros dos tiros libres cuando quedaban 1:58 minutos para que el Heat volviera a adelantarse por un tanto. Pero Bruce Brown recuperó el rebote ofensivo y metió el balón para que los Nuggets tomaran la ventaja definitiva.

Abajo por tres a 15 segundos del final, Butler lanzó un tiro de tres, pero falló. Brown anotó dos tiros libres y el juego quedó fuera del alcance y certificar el título para Denver.

Butler finalizó con 21 puntos.

Fue un feo y frenético trámite, pero el desenlace fue algo que los Nuggets y sus aficionados estarán totalmente de acuerdo que fue bellísimo. Denver atesora el trofeo Larry O’Brien por primera vez en los 47 años de la franquicia en la liga.

“Fue feo y no podíamos encestar, pero al final supimos sacarlo adelante”, dijo Jokic. “Estoy feliz de que pudimos ganar el partido.

El Heat, tal y como su entrenador Erik Spoelstra prometió, fue un equipo aguerrido. Pero su puntería tampoco fue estupenda. Bam Adebayo aportó 20 puntos, pero Miami apenas registró una efectividad de 34% en tiros de campo y de 25% en triples. Hasta que Butler se encendió, se había ido 2 de 13 para ocho puntos.

El Heat, que sobrevivió una derrota en el mini-torneo y se convirtió en apenas el segundo octavo sembrado en llegar a las Finales, insistió que no quería un premio de consolación.

Jugaron como si esperaran la victoria y por momentos en el partido, que se definió más en la duela que en el aire, parecía que sería posible.

Pero por primera vez en 47 temporada, nadie brilla más en la NBA que los Nuggets.

“Los aficionados en esta ciudad son increíbles”, sentenció el dueño del equipo Stan Kroenke. “Significa mucho para nosotros conseguirlo”.

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