Argentina es la nueva campeona del mundo tras ganar a Francia en los penaltis de una final inolvidable (3-3). Tuvo la Albiceleste el partido ganado en varias ocasiones, pero los galos no se rindieron nunca y forzaron la prórroga y la tanda gracias a un hat-trick de Mbappé. Messi, que estuvo colosal, ya tiene su Mundial.
La diferencia entre ambas selecciones fue sideral durante la primera parte, un mundo. Argentina salió concentrada, con intensidad y las ideas muy claras, con Ángel di María siendo un martillo desde la banda izquierda –acertó de pleno Scaloni metiéndole en el once– y Messi organizando el juego. Por su parte, Francia no pareció estar jugando toda una final del Mundial, con su centro del campo superado y su delantera desaparecida en combate.
No tardó la Albiceleste en mandar sus primeros avisos. Un pase de Messi al que no llegó Julián Álvarez, un par de disparos de Mac Allister y De Paul y una buena combinación que Di María remató alto demostraban la superioridad argentina, hasta que llegó la pillería del extremo de la Juventus.
Di María estaba siendo el mejor y también fue el más listo. En una de sus numerosas incursiones por la izquierda, se fue de Dembélé con facilidad, le espero en el área y el azulgrana picó. Hubo un leve toque, el argentino se fue al suelo y el árbitro señaló los once metros, quinto penalti para la Albiceleste en siete partidos. Leo Messi se encargó de transformarlo con mucha sangre fría engañando a Lloris.
El gol no hizo que el conjunto galo reaccionara y Argentina siguió siendo mejor, con Messi manejando a su antojo el partido hasta que el jugador del PSG lanzó una veloz contra. Mac Allister profundizó hacia la portería y encontró a Di María, que fusiló a placer.
Deschamps lo vio negro y tomó una drástica decisión: al campo Thuram y Kolo Muani por un desaparecido Giroud y un desastroso Dembélé antes de que finalizara la primera parte. Sin embargo, esa pequeña revolución no cambió el panorama, como tampoco lo hizo el paso por vestuarios. Argentina siguió siendo mejor y su tercer gol siempre pareció más cercano que el primero de los franceses.
Camavinga y Coman fueron las siguientes soluciones del técnico galo, y por fin llegó el primer disparo a portería de Les Bleus. Fue de Mbappé, tras su clásica jugada por la izquierda. Estaba calentando el delantero del PSG. Parecía la final totalmente decidida, cuando Kolo Muani fue derribado en el área por Otamendi. Mbappé marcó el penalti pese a que el Dibu Martínez adivinó el lugar, y de repente el partido entraba en una nueva dimensión.
Francia comenzó a creer, se vio con posibilidades de repente y atacó entonces con la fe que le había faltado hasta el momento. Y entonces apareció Mbappé. Combinó con Thuram y se sacó un tremendo disparo que puso el empate en el marcador.
Argentina, que se había visto ya ganadora, no se lo creía. Y Francia cogió el mando del partido, buscando el tercer gol antes de la prórroga. No llegó, pese a otra gran jugada de Kylian y una gran ocasión de Rabiot, aunque la mejor fue para Messi, cuyo latigazo desde la frontal lo desvió Lloris a córner, y la final se fue a por otros 30 minutos.
Estaba tocada ahora Argentina, y esta vez el que movió el banquillo en busca de soluciones fue Scaloni, que metió en el campo a Paredes y Lautaro. Y fue el del Inter protagonista, pues acarició el gol en dos ocasiones. La primera, un remate que salvó Upamecano, la segunda un remate en carrera que se fue algo desviado.
Y en el minuto 108 llegó el tanto que parecía de nuevo que le iba a dar el Mundial a Argentina. Lautaro ganó la espalda a la defensa, su disparo lo paró como pudo Lloris y Messi, llegando desde atrás, empujó el balón a la portería. Koundé lo sacó, pero ya había rebasado la línea de gol. De nuevo estaba el conjunto francés contra las cuerdas, y de nuevo encontró la manera de salvarse. Un disparo de Mbappé dio en el brazo de Montiel, y de nuevo el delantero se dirigió a los once metros. No falló, empate otra vez, Argentina no se lo creía.
El partido se volvió loco entonces, como si ninguno de los dos quisiera la dramática tanda de penaltis. Francia lo tuvo muy cerca, pero el Dibu le sacó un gran pie a Kolo Muani, que tuvo la gloria en sus botas. Y la réplica llegó en un cabezazo de Lautaro qu4e se fue desviado por no demasiado. El partido se decidiría desde los 11 metros.
La tanda comenzó con los dos pesos pesados lanzando. Mbappé no falló, y Messi tampoco, pero después el Dibu se hizo gigante para Coman, cuyo lanzamiento lo paró el arquero albiceleste, y para Tchoauméni, que lo lanzó fuera. Montiel fue el encargado de marcar el cuarto, la gloria era para Argentina. La eternidad es para Messi.
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