Partidazo entre Croacia y Marruecos para despedir, haciendo honor a su extraordinaria trayectoria en el torneo, un Mundial de Qatar que ha sido el último para Luka Modric, en el que regaló a Croacia un bronce en la Copa del Mundo como obsequio de despedida. Empezó Croacia dominando y encontrando un gol del central revelación del torneo, Gvardiol, muy pronto.
Tan pronto como se encontró el empate Marruecos, también a balón parado, en la cabeza de su central Dari. A partir de ahí, aunque Marruecos tuvo sus oportunidades y sus fases de dominio con balón, fue Croacia la que más peligro creó. Modric llevó la batuta, Perisic encontró su espacio para desmarcarse, correr y descargar, y Orsic hizo válidas todas las sensaciones de los croatas con un gol bellísimo, un golpeo exquisito.
La segunda parte prometía, pero Croacia se encargó de controlar y de tener las mejores ocasiones. La frustración y la impotencia se apoderó de los ‘Leones del Atlas’, que solo pudieron encontrar a En Nesyri en un par de ocasiones. Antes, Croacia tuvo las mejores ocasiones para sentenciar, pero no apretó en exceso para no arriesgar. Además del paradón de Livakovic al delantero del Sevilla, en el asedio final tuvo un cabezazo que se marchó rozando el travesaño.
Se acabó el tiempo con los marroquíes lamentando en el suelo, destrozados después de un esfuerzo titánico. A pesar de la derrota, han hecho historia a lo grande. La primera selección africana en llegar a semifinales de un Mundial, casi nada. El fútbol, al menos, tuvo el detalle de regalarle a Modric una despedida cercana a la perfección. El Mundial de Qatar ha sido su último Mundial a sus 37 años, pero puede presumir de haber llevado como capitán a un país de poco más de 4 millones de habitantes al segundo y tercer lugar en dos Copas del Mundo.
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