Por Paco Chimal.
Foto: César Gómez/Qronistas
El 22 de abril de 1951, Atlas era campeón al derrotar a Chivas 1-0. En aquellos años, no existía el formato de liguilla y los títulos se definían por puntos.
El futbol convoca temas pasionales, filias, fobias, emociones. La pelota tiene muchos matices del orden de lo inconsciente. En cada aficionado al balompié generalmene hay una historia rica y llena de detalles que, al conjuntarse, entregan anécdotas con un grado altísimo de estas emociones.
En mi andar por los medios de comunicación he coincidido con un par de buenos amigos y fantásticos periodistas. César Gómez Reyna, fotógrafo tapatío y Gustavo Emmanuel López Nerio, comunicador avecindado en Querétaro, son atlistas de hueso colorado y no pude evitar contactarles para preguntarles sobre su amor por la Furia Rojinegra.
Cada uno, desde su experiencia y con esa memoria que tenemos los que estamos locos por la pelota, accedió a compartir un poco de cómo se construyó su identidad atlista.
En el caso de César, la pasión por los colores rojinegros le llegó por el vínculo familiar.
“Es una tradición que yo heredo, viniendo de mi abuelo, de mi papá. Cuando yo tuve uso de razón decidí con mucha convicción seguir esto. De los integrantes de la familia, soy el más ferviente. He viajado a muchos lados, me he quedado sin dinero por verlos… y yo iría a verles incluso aunque sepa que van a perder”, comparte.
“Mi abuelo vió al Atlas del 51, aunque se acuerda poco. A mi papá le tocó ver los descensos. Alguna ocasión me contó que viajó a León a ver una promoción que les tocó jugar con Curtidores. Hemos sufrido porque después de eso hemos pasado 20 años terribles. Yo recuerdo la última semifinal contra Pumas; era miembro activo de la barra y esa vez dejamos en el camino a Chivas. A nosotros (los atlistas) nos hacen felices muy fácilmente. Haberle ganado al Guadalajara fue maravilloso”.
A veces, quienes no vivimos en la Perla de Occidente, no dimensionamos lo que representa el Clásico Tapatío. Para la afición rojinegra, sin embargo, no hay algo más doloroso que perder contra el Rebaño y César lo tiene claro. Al cuestionarle sobre los momentos más tristes como aficionado atlista, no duda en contestar que han sido las derrotas contra Chivas.
“Cuando nos goleó Chivas en cuartos de final 4-1 y otra allá por 1998, que no nos ganaron ningún partido y ellos pasaron por posición en la tabla. Las tres veces que nos ha sacado Chivas han sido los momentos más tristes”.
En contra parte, recuerda con cariño la final contra Toluca, a pesar de haber caído ante los Diablos en tanda de penales.
”Lo más chingón que he vivido son aquellos destellos del equipo de La Volpe. No fue chingón perder; la generación fue chigona. Fue una buena generación bajo el mando de Ricardo. Se hizo un equipo increíble, que pocas veces se ha visto: un futbol dinámico, alegre, inteligente, ofensivo. Muy pocas veces, incluso en el mundo, han jugado así de bonito.
En la Liguilla actual me ha gustado mucho la propuesta de visitante. Los veo con actitud ofensiva. El equipo de Cocca no se asemeja al juego de La Volpe, porque es difícil ver un equipo como el del bigotón.
De los jugadores que han pasado por Atlas, me encantaba Oswaldo Sánchez, aunque terminé odiándolo. Y sin lugar a dudas, un extranjero que recuerdo mucho es Robert de Pinho. Esta temporada, Camilo Vargas; San Camilo.
Y a pesar de lo que dicen del arbitraje, creo que son cosas que pasan en el futbol pero lo que ha ocurrido en estos juegos (contra Rayados y Pumas) no empañan el trabajo del equipo. En el arbitraje siempre, siempre, siempre, siempre, han habido actuaciones en contra de Atlas; ya nos tocaba una”, remata César.
Por su parte, Gustavo López se enamoró del Atlas por lo bien que jugaba el equipo rojinegro. Creció en Celaya mirando al equipo que reunió a Míchel, a Hugo Sánchez y por supuesto, a Butragueño. Gus comparte que en una ciudad vuelta loca por los ex madridistas, en aquellas noches de futbol con las transmisiones de TV Azteca a cargo de Emilio Fernando Alonso, Adán Vega Varajas y David Medrano en la cancha, eligió ser de la Furia.
“Ver al Atlas era un deleite. El Atlas de Bielsa y luego de La Volpe, era como ver al Barcelona de Pep Guardiola. Yo estaba morro y la neta es que no me identificaba con el equipo de los Toros del Celaya. Todo nació en un partido Celaya vs Atlas; recuerdo que estaba Erubey Cabuto y para mí era lo máximo en la portería, Lavallén, Darío Franco, Jared Borgetti, Pavel Pardo. Era 1995”.
Gus recuerda que semana tras semana gozaba con los partidos de los Zorros. A sus 34 años, considera que Robert de Pinho es un referente pero en estos momentos, ve a Camilo Vargas como el extranjero más importante de los últimos tiempos.
“Don Camilo Vargas nos salvó de un descenso y ahora nos puso en una final. Aunque las formas son importantes, esta versión de Atlas es efectiva. Defienden como una fiera y atacan como un perro. Todos suben, todos bajan; ésa es la esencia del atlas: el sacrificio. Ese sacrificio nos llevó a la final del 1999 y ese sacrificio nos llevó nuevamente a otra final.”
Al igual que César, comparte que los momentos más dolorosos como aficionado atlista han sido las derrotas contra Chivas.
“La eliminación contra el Rebaño en el equipo que dirigía Tomás Boy; cuartos de final. Pinche Marquito salió como si fuera Messi, se lució el cabrón.”
Para Gus, la columna vertebral de Atlas puede ser la clave para ser campeones.
“Camilo Vargas, Aldo Rocha y Jairo Torres son fundamentales. El liderazgo de Camilo Vargas será importantísimo; Aldo Rocha es de los mejores mediocampistas, yo no esperaba mucho de él pero retiene el balón, lucha por todas las pelotas, reparte el juego y en el centro del campo hace una gran función; Jairo Torres necesita explotar la banda derecha, fallamos mucho en los centros, es un jugador que tiene todo para romperla pero lo debutaron muy chico pero espero que esta final sea el canterano que necesitamos”.
León ha sido uno de los equipos que mejor trato de balón ha tenido en el pasado reciente. Ariel Holan ha explotado a cabalidad la calidad que tiene en el plantel y Angel Mena está encendido. En el partido de Ida, Atlas tuvo en la lona en algún momento a los Esmeraldas pero el ecuatoriano se encargó de darle la ventaja a los cuereros.
Con todo y eso, Gus y César están convencidos de que si la Covid nos dio a un Cruz Azul campeón después de una larga sequía, la variante Ómicron nos entregará a un Atlas conquistando el título, después de 70 años.
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