Lo que no se elabora, se repite

Lo que no se elabora, se repite

noviembre 19, 2021 Desactivado Por Qronistas Mx

Paco Chimal.

 

Insultos en redes sociales, debates en la televisión deportiva y sesudas reflexiones en los espacios digitales. Imágenes de jugadores desconcertados, impotentes y “valentones”. Un técnico que, al menos en las declaraciones, luce incierto y hasta obtuso. La Selección Mexicana atraviesa un período que si bien pudo ser previsible en cuanto a resultados, por las formas, deja un mal sabor de boca.

 

Ya sea en la Nations League, en la Copa Oro o en la fase clasificatoria rumbo a la Copa del Mundo, Estados Unidos le ha tomado la medida al combinado azteca; nos traen de “hijos”. Más allá de la mala impresión por indolencia, por la falta de rigor y vergüenza deportiva, hace tiempo que los estadounidenses presumen mayor disciplina táctica, capacidad físico-atlética y hasta talento. En el deporte de alto rendimiento, cada vez hay menos lugar para aquellos atletas que tienen desatenciones. En el futbol de a “de veras”, ya no se gana nomás con la camiseta.

Estados Unidos, con la pelota o sin ella, con un planteamiento propositivo o apostando a la táctica fija, empieza a ver a la Selección Mexicana por encima del hombro. Hace años Donovan y ahora Pulisic, se dan el lujo de propinar un duro golpe de realidad a los futbolistas aztecas en el terreno de juego que es, al final de cuentas, en donde se construyen las historias de éxito.

 

En el caso de Canadá, tanto en su visita al Estadio Azteca, como en el juego en Edmonton, le hizo partido a México.  Lo preocupante es que en ninguan de estas presentaciones, vimos amplia superioridad por parte del combinado azteca.

 

Si bien, los sistemas tácticos son muchas veces sólo una referencia, en las estrategias y en las tácticas tienen su peso específico. Contra Estados Unidos, en un dibujo posicional con tres mediocampistas y tres atacantes, la organización demandaba un rol progatónico. Es decir, que si no se tiene el balón y no se generan espacios, el desgaste físico deberá compensar estas carencias.  No fue así y el cuadro que dirige Dan Hawkins se quedó con los tres puntos.

 

En la visita al Estadio de la Comunidad en tierras canadienses, Gerardo Martino cambió el dibujo táctico, cambió de jugadores y propuso un partido distinto. En un encuentro que no tuvo muchos sobre saltos, el cuadro de la hoja de maple fue mejor en las áreas.

 

Lo que no se trabaja, se repite. Ya bien en el terreno personal, político, laboral o deportivo, lo que no se corrige, se presenta nuevamente. La parálisis en las versiones del TRI con Enrique Meza, con Luis Fernando Tena, con José Manuel de la Torre, aparecieron nuevamente. Gerardo Martino, es el máximo responsable pero el análisis no puede detenerse en el timonel.

 

Los propietarios de los equipos deben hacerser cargo también de la parte que les corresponde. La inteligencia deportiva y los técnicos de la Liga MX son hijos de los resultados y, en aras de no perder la “chamba”, los clubes mexicanos se llenan de extranjeros que, aunque no siempre tengan mejor nivel que los chicos nacionales, retardan el debut y la consecuente consolidación de los juveniles que vienen de las divisiones menores.

 

En nuestro país, desde hace varios años, la generalidad en el balompié es priorizar lo económico por sobre lo deportivo. Las consecuencias, saltan a la vista.

Otro tema en urgencia es la profesionalización de estos jugadores. México ha sido, en el pasado reciente, formador de figuras prometedoras. El acompañamiento y la consistencia no han llegado. Dos campeonatos con límite de edad, un par de medallas olímpicas, primeros lugares en torneos internacionales evidencian que proyección hay.  Luego vienen los promotores, las envidias, los egos, la vida adulta, las fiestas, las indisciplinas y, otra vez, el poco compromiso -tanto en jugadores como en equipos- con el alto rendimiento.

 

México, seguramente avanzará a Qatar 2022. Una vez instalado en la Copa del Mundo, probablemente compita en fase de grupos e ilusione a los aficionados. La ilusión es algo del orden de lo inconsciente y el público está en todo su derecho de gozar, maldecir, sufrir y vivir al máximo.

 

Los directivos y dueños de la pelota, en cambio,  tienen mucho trabajo si es que quieren seguir viviendo de esto. Es imposible llegar a lugares distintos, siguiendo siempre el mismo camino.

 

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