La semana 10 nuevamente nos presentó resultados espectaculares desde el inicio. Unos Ravens que intentaban catapultarse al primer lugar de la conferencia y unos Dolphins que cargaban la segunda peor racha de derrotas. Parecía ser un partido de trámite para la poderosa ofensiva liderada por Lamar Jackson, pero fue todo lo contrario. Un auténtico “duelo de pitcheo” en los primeros tres cuartos, todo para que los Dolphins se llevaran una de las victorias más inesperadas de la temporada y de paso  dejar a los Titans solos en el liderato de la conferencia americana.

Lo sorprendente no fue lo abultado de los marcadores, sino cuáles fueron aquellos equipos “contendientes” que no metieron ni las manos. Por ejemplo, los Browns, que han ido a la baja desde hace unas cuantas semanas y no parece que vayan a frenar ese declive. Otros, son los Cardinals, que hasta hace un par de semanas eran el único equipo invicto de la NFL y que sin Kyler Murray no pudieron hacerle frente a unos Panthers renovados con el regreso del hijo pródigo, Cam Newton. Pero ningún resultado sorprende más que el del partido de lunes por la noche entre Rams y 49ers. Un duelo en el cual sólo se presentó un equipo a competir y que es confirmación de que la “luna de miel” de Stafford y McVay ha llegado a su fin. Tendrán que mejorar considerablemente si buscan arrebatarle el liderato de la división a Arizona y de paso evitar ir a Green Bay para los playoffs.

Quedan aún siete semanas de la temporada y mientras está claro quienes lideran en la conferencia nacional, en la conferencia americana solo se ve un favorito: Los Titans. Tennessee parece haberse recuperado de la resaca de perder al mejor corredor de la liga, pero no sé cuánto les va a durar ese favoritismo, pues los Chiefs cada vez se ven mejor y tienen la mira puesta en llevarse de nueva cuenta el trofeo Lamar Hunt y un boleto con destino a Hollywood en busca de su tercer título.

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