La decisión del equipo de la NBA Milwaukee Bucks en el quinto partido de la serie, contra los Orlando Magic, de no participar, a causa del tiroteo de la policia contra el ciudadano negro Jacob Blake, en la ciudad de Kenosha, tuvo efecto en en el deporte estadounidense.

Los siete disparos por la espalda a Blake, que le han dejado en estado grave y le pueden dejar paralítico, ocurrieron en la ciudad de Kenosha, en el estado de Wisconsin.

Al boicot de los Bucks, se unieron primero, el resto de conjuntos de la liga de baloncesto en la burbuja de Orlando y posteriormente se han sumado la tenista Naomi Osaka, así como varios conjuntos de la liga de fútbol (MLS), la liga de baloncesto femenino (WNBA) y la liga de beisbol (MLB), además del apoyo de varios jugadores de la NFL.

”Antes que una atleta soy una mujer negra. Y, como mujer negra, siento que hay asuntos mucho más importantes que necesitan atención inmediata, en lugar de verme jugar al tenis. No espero que ocurra nada drástico por no jugar, pero si puedo hacer que se inicie una conversación en un deporte mayoritariamente blanco, creo que sería un paso en la dirección correcta”, compartió Osaka en su cuenta de twitter.

La tenista debía jugar la semifinal de Masters 1000 de Cincinnati contra la belga Elise Mertens.

“Me enferma ver el continuo genocidio hacia la población negra a manos de la policía. Estoy agotada de poner un hashtag nuevo cada pocos días y estoy extremadamente cansada de tener la misma conversación una y otra vez. ¿Cuándo será suficiente?”, concluyó la número 10 del tenis mundial.

La postura de la ganadora del US Open (2018) y el Open de Australia (2019) ha provocado la suspensión de la jornada de este jueves del torneo que se está celebrando excepcionalmente en Flushing Meadows. “En acción conjunta hemos decidido reconocer este momento con el aplazamiento de la programación prevista para el jueves, 27 de agosto. La competición del torneo de Cincinnati se reanudará el viernes, 28 de agosto”, comunicaron conjuntamente la USTA, la ATP y la WTA.

Por su parte, las jugadoras de la WNBA han apoyado la causa contra el racismo y en vez de disputar sus encuentros decidieron arrodillarse y alzar sus puños durante el himno. Elizabeth Williams, del equipo de Atlanta, fue la encargada de trasladar esta postura a la prensa.

De igual manera, la séptima jornada de la MLS se vio paralizada por la misma razón cuando los jugadores del Inter Miami y el Atlanta United, que se enfrentaban en la ciudad de Florida, decidieron que no iban a jugar el partido. Poco después los dirigentes de ambos equipos apoyaron a sus jugadores y a la causa. “Debemos usar nuestras voces para ser el cambio”, escribió la franquicia de Georgia.

A esta iniciativa, se sumaron los jugadores de Dallas FC, Rapids de Colorado, Real Salt Lake, Los Ángeles FC, Portland Timbers y San Jose Earthquakes, quienes anunciaron en sus respectivas cuentas de redes sociales que tampoco saldrían al campo de juego para disputar la jornada.

El boicot impulsado por los Milwaukee Bucks contra el racismo también encontró apoyo en la NFL de fútbol americano. Los jugadores de los Packers de Green Bay se reunieron tras el incidente para sumarse a la causa social.

Más allá del deporte, las protestas por la brutalidad policial contra los miembros de la comunidad afroamericana de la noche del martes se saldaron con dos muertos y un herido. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles el envío de agentes federales que se unirán a la Guardia Nacional en Kenosha (Wisconsin) para sofocar los disturbios raciales.

 

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