Un Real Madrid más letal se impuso en la prórroga por 2-3 gracias a los goles de Vinícius Júnior, Karim Benzema y Fede’ Valverde a un Barcelona que confirmó su crecimiento en las semifinales de la Supercopa de España, en las que de nada le sirvieron los tantos de Luuk de Jong y Ansu Fati en el Estadio Rey Fadh.

La contundencia blanca en la faceta ofensiva fue demasiado para un Barsa que no existió hasta la media hora de juego para después completar unos 90 minutos restantes que confirmaron en un reto de primer nivel que la llegada de Xavi Hernández al banquillo le ha cambiado la cara.

 

El Real Madrid se hizo dueño del peligro nada más empezar el partido a base de fluidas transiciones que tuvieron como finalizadores a Marco Asensio y Vinícius Júnior.

 

El Barsa, en cambio, no consiguió inquietar a Thibaut Courtois hasta el minuto 18, cuando Dani Alves se encontró una muralla blanca al disparar desde la frontal.

La réplica del Real Madrid fue letal. Otro rápido contraataque, éste comandado por Karim Benzema, conectó con los pies de Vinícius Junior, que le ganó la carrera a Ronald Araujo antes de definir por alto ante Ter Stegen.

 

Corría el minuto 24 y los acontecimientos del partido estaban alegrando al público del King Fahd International Stadium de Riad, de mayoría madridista. Los cánticos a favor del equipo blanco fueron una tónica y en el ecuador del primer tiempo los aficionados se atrevieron con la primera ola que dio la vuelta al estadio.

 

Cuando moría el primer tiempo, Luuk de Jong marcó por tercer partido consecutivo gracias a su instinto para poner el pie ante un rechace de Eder Militao en el interior del área, logrando así un empate que en ese momento no reflejaba los méritos hechos por los dos equipos.

 

Con Ferran Torres, Xavi Hernández intentó dar un golpe anímico de inicio al atreverse con él de titular, aunque no disputaba un partido desde el 10 de octubre. Pero el experimento no le salió bien y el técnico reemplazó al valenciano por Ez Abde en el descanso, momento en el que reapareció Pedri en sustitución de un renqueante Frenkie de Jong.

 

Precisamente, Pedri tuvo la oportunidad para darle la vuelta al marcador con un disparo desde la frontal que salió rozando el palo derecho de la portería de Courtois en la primera jugada interesante del segundo tiempo.

 

Las buenas noticias para los azulgranas siguieron dándose con la reaparición de Ansu Fati, que no jugaba desde que se lesionó el 6 de noviembre, para que disputará los últimos 25 minutos del tiempo reglamentario, en los que otra vez sería decisivo.

 

Pero antes apareció un superlativo Benzema. En el 69, estrelló un disparo en el palo y, en el 72, estuvo atento en el interior del área para hacer el 1-2 tras un rechace de Ter Stegen a centro de Carvajal.

Y otra vez el Barcelona se creció tras un gol en contra. Ansu Fati devolvió la igualdad con un remate de cabeza a centro de Jordi Alba a falta de siete minutos.

 

El Barsa se presentó en el tiempo extra crecido con ese 2-2, sintiendo que por primera vez en mucho tiempo no era inferior a un rival de primer nivel. Pero eso no fue suficiente para evitar que el Real Madrid se volviera a poner por delante en el marcador con otra transición que finalizó Valverde en el minuto 98 con una tranquilidad de veterano.

 

Los de Xavi Hernández siguieron sin rendirse y tuvieron una triple oportunidad para batir a Courtois al alcanzar el minuto 100. Sergio Busquets, Dembélé y Pedri se quedaron a las puertas del ansiado empate. También Ansu Fati con un intento agónico de chilena. Rodrygo tampoco acertó para el Real Madrid, aunque no le hizo falta para sellar su clasificación a la Final.

Ni el Atlético de Madrid ni el Athletic Club están a la altura de sus mejores expectativas esta temporada, por debajo de sus condiciones de vigentes campeones de la Liga y la Supercopa de España, respectivamente, enfrentados a 5 mil kilómetros de sus éxitos por la credibilidad, entre las dudas que marcan sus resultados del curso y con la incógnita de si Luis Suárez será titular en el bloque de Diego Simeone.

 

Nada pone más evidencia tal situación que los números, tan comprometedores para analizar el momento de un equipo, sin matices admisibles en el juego. Ni en las ocasiones falladas. Ni en el quizá. No hay ninguna certeza mayor para ningún equipo que ganar. Y ni el Atlético ni el Athletic Club vencen como deberían, con más visibilidad en el caso del conjunto madrileño, un campeón de Liga hace medio año y hoy a 16 puntos de su trono perdido.

 

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