El neerlandés Max Verstappen (Red Bull) amplió su liderato al frente del Mundial de Fórmula Uno al ganar este domingo el alocado Gran Premio de Australia, que se disputó -con tres banderas rojas- en el circuito semi-urbano de Albert Park de Melbourne y en el que el español Fernando Alonso (Aston Martin) confirmó su gran momento con un nuevo podio, el tercero en las tres primeras carreras del año.

Verstappen, de 25 años, logró su trigésima séptima victoria en la F1 -la segunda de la temporada- al ganar por delante del inglés Lewis Hamilton (Mercedes) y de Alonso, que acabó tercero y -a los 41- firmó su podio número 101 en la categoría reina.

El neerlandés, que amplió su liderato al frente del Mundial de Fórmula Uno al ganar este domingo el alocado Gran Premio de Australia, que se disputó -con tres banderas rojas- en el circuito semi-urbano de Albert Park, declaró en Melbourne que está “contento por la victoria”, pero que “ha sido una carrera difícil”.

“Estoy contento por mi victoria, pero ha sido una carrera difícil; no necesitábamos una carrera tan larga en resolverse.

Por su parte, el mexicano Sergio «Checo» Pérez también aprovechó los accidentes para ir ganando posiciones y rebasar hasta que quedó ubicado en la posición 12 tras la vuelta 18. Fue entonces que comenzó su propia carrera para poder quedar en mejor posición, incluso para sumar puntos.

De esta forma, remontó posiciones hasta que llegó la batalla contra Lando Norris de McLaren y consiguió superar para llegar al octavo sitio, pero la bandera roja y la carambola de la vuelta 56 lo relegó al lugar 10. Gracias al reinicio y a tener la vuelta más rápida y a la sanción de 5 segundos a Sainz, Checo Pérez pudo terminar en quinto sitio.

El Gran Premio de Australia fue sumamente accidentado, aunque no hubo nada qué lamentar salvo las molestias por quedar fuera de las competencias. El primero fue Charles Leclerc de Ferrari que se salió en una curva en la vuelta 1. El segundo fue Alex Albón por una salida similar y finalmente George Russell de Mercedes por un problema en el motor, que incluso se incendió y obligó a usar extintor para apagarlo.

El siguiente en abandonar fue Magnussen de Haas tras chocar contra un muro en la vuelta 56 y rompió la suspensión de la llanta izquierda trasera. Esto provocó la segunda bandera roja que dejó un final caótico.

El colmo llegó tras la bandera roja de la vuelta 56 al reanudarse la carrera con un sprint de reinicio. Esto porque todos quisieron rebasar de último momento y los dos vehículos de Alpine chocaron y de paso se llevaron a otros dos monoplazas, haciendo un desastre de carrera.

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