Durante buena parte de la temporada, pareció que éste definitivamente no sería su año.

Perdieron sus primeros cuatro juegos y muy pronto se convirtieron en un hospital. Se quedaron sin su pelotero más dinámico antes de la pausa por el Juego de Estrellas. Languidecían por debajo de la marca de .500 en agosto.

Y de algún modo inexplicable, estos Bravos se transformaron y despegaron hasta llegar a lo más alto.

Jorge Soler, Freddie Freeman y Atlanta navegaron tranquilos hacia su primer título de la Serie Mundial desde 1995, al apabullar el martes 7-0 a los Astros de Houston en el sexto juego.

Cuán orgulloso estaría Hank Aaron.

Max Fried lanzó seis innings en blanco, para aportar el mejor pitcheo observado en este Clásico de Otoño. El cubano Soler, adquirido recién en julio y quien dio positivo de COVID-19 en los playoffs, le brindó todo el respaldo que necesitaba desde temprano, con un jonrón colosal de tres carreras.

Fue el tercer cuadrangular de Soler ante los Astros.

Los Astros recuperan terreno

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