No existe «ni la menor duda» de que la FIFA «desaprueba con firmeza» el proyecto de Superliga europea anunciado el lunes por doce clubes europeos (seis ingleses, tres españoles y tres italianos), dijo este martes  el presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), Gianni Infantino, quien advirtió a los que propiciaron este nuevo campeonato que «deberán afrontar las consecuencias».

La Superliga europea, que entra en competencia con la actual Liga de Campeones de la UEFA, es «un club cerrado» y «disidente de las instituciones existentes», añadió el máximo dirigente de la FIFA en la apertura del Congreso anual de la UEFA, la organización que dirige el fútbol europeo. «Permítanme expresar todo el apoyo de la FIFA a la UEFA y al fútbol europeo (…) O estás dentro, o estás fuera. No puedes estar mitad dentro y mitad fuera», añadió.

Infantino calificó como un éxito el modelo de fútbol europeo y se refirió a su obligación y la de todos los presentes a protegerlo con «con responsabilidad, solidaridad y en el interés del fútbol nacional, europeo y global». «Mi reto como presidente es proteger esto, las competencias de clubes, las selecciones… Si algunos eligen seguir su propio camino debemos dejarlos ir con consecuencias por su elección, son responsables de ella”, añadió.

 

Si hay conflicto, la UEFA «no puede perder”

De esta manera, Infantino agitó nuevamente la amenaza de la exclusión de los clubes impulsores de la Superliga europea y de sus jugadores de todas las competiciones nacionales e internacionales, sin citar -sin embargo- medidas concretas. En el congreso de la UEFA, también intervino el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, quien sostuvo que «el modelo deportivo europeo es un enfoque único fundado en la apertura de una competencia equitativa que da prioridad al mérito deportivo. Ese modelo está amenazado ante el desafío de un enfoque puramente guiado por los beneficios».

Por su parte, el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, dijo a los propietarios de los doce clubes disidentes fundadores de la Superliga europea que «han cometido un enorme error”, pero extendió la mano señalando que «todo el mundo comete errores” y por ello «todavía están a tiempo de enmendarlo”. Asimismo, advirtió que un eventual conflicto jurídico futuro es «una batalla que (la UEFA) no puede perder».

 

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